miércoles, 19 de octubre de 2011

El niño con el pijama de rayas

Un niño llamado Bruno que tiene entre 8 y 9 años llega a casa como todos los días de su colegio y  se encuentra a su sirviente recogiendo todas sus cosas. Su madre era ama de casa y su padre era comandante de un campo de concentración nazi.
            Por culpa del trabajo de su padre tuvieron que irse a Auschwitz, a una casa en el campo con solo tres pisos no con cinco pisos como estaba acostumbrado. Por la ventana de la habitación de Bruno se veía gente todos vestidos iguales, con pijamas de rayas. Le preguntó a su hermana Gretel quienes eran esas personas y su hermana le contestó que eran judíos.                             
  Un día Bruno estaba explorando el campo y vio un niño  por la otra parte de la alambrada, se acercó muy despacio y le saludó. El niño se llamaba Shmuel. Se hicieron amigos y Bruno iba a visitarlo cada tarde a la misma hora para hablar. Sus padres descubrieron que Bruno tenía piojos, así que le afeitaron la cabeza y eso hizo que se pareciera más a su nuevo amigo.
 Shmuel le pidió ayuda a Bruno para encontrar a su padre desaparecido hacía mucho tiempo. El padre de Bruno y Gretel se dio cuenta de que ese lugar no era el más apropiado para dos niños, de modo que decidió que se fueran a su otra casa en Berlín. Pero Bruno insistía en que quería ver el mundo desde el otro lado de la alambrada, así que Shmuel le trajo un pijama de rayas. Bruno se lo puso y pasó al otro lado. Buscaron al padre de Shmuel pero no le encontraban y de inmediato empezaron una marcha que nadie sabía adonde conducía. Todas las personas que se encontraban allí fueron conducidas hasta una casa hermética.
La familia de Bruno se había dado cuenta de que el niño no aparecía. Lo habían buscado por todos los lados pero no lo encontraron. Cuando averiguaron donde estaba, al encontrar su ropa al lado de la alambrada, ya era tarde, porque los soldados habían soltado el gas en la casa hermética. Todo esto pasa en los años de la Segunda Guerra Mundial.

OPINIÓN PERSONAL:
            Me ha parecido un libro muy  sencillo, con un vocabulario básico. Pienso que es una forma muy adecuada de ver la guerra mundial a través de los ojos del protagonista, Bruno.
            Se lo recomendaría a todo el mundo porque me ha parecido entretenido, e interesante. Lo que más me ha atraído la atención ha sido cuando Bruno iba a visitar a su amigo cada tarde, a pesar de que sus padres se lo habían prohibido, y lo que menos me ha gustado es que su padre no sabía tratar a los judíos.



TEODORA ELENA SERBAN, 3ºA

Tres metros sobre el cielo: magia escrita en papel



 Me gustaría comentaros un libro. Su título es “Tres metros sobre el cielo” de Federico Moccia. Publicado por primera vez en 1992, en una edición limitada pagada por el propio autor que se agotó inmediatamente. Fue reeditado en 2004 y se ha convertido en un “best seller”.

Dos jóvenes muy diferentes de distintas clases sociales, Step, de 19 años, y Babi, de 18, se conocen fortuitamente en un semáforo. A partir de ese momento van encontrándose más por capricho del destino, y nace una conexión entre ellos. Los chicos como Step prefieren la velocidad, las carreras de motos y la violencia, mientras las chicas como Babi sueñan con encontrar el amor, suspiran por las cosas que los padres no les dejan comprar y se preparan para aprobar la Selectividad. Él se volverá más dulce y ella más resuelta y atrevida. Poco a poco la relación ira fluyendo, transcurrirán hechos que les marcaran y vivirán su historia. Para refrenar el ansia que te ha entrado de leer querido amigo, sólo debes comprarte el libro.

Dicho esto comenzamos con la crítica que quiero compartir con vosotros:

Adoro este libro. No me extraña que genere críticas tan buenas. Es una historia increíble que al principio me pareció un poco pesado, pero a medida que leía me “enganchaba” más hasta el punto de ir a todas partes con el libro para leerlo en mis ratos libres. Lo leía a todas horas.

No lo encuentro ni demasiado largo ni corto. Me parece sencillo de leer.

Quizá en algunas partes utilice un lenguaje extremadamente coloquial, de jóvenes de hoy en día, pero eso no le quita magia a este relato, sobre todo al final tan impactante que no me esperaba y que por supuesto no os puedo contar.

Me lo recomendaron muchos conocidos  y un día en la Feria del Libro  lo vi y decidí comprármelo para saber si era tan bueno como decía todo el mundo. Os puedo asegurar que todas esas alabanzas  están justificadas. Es fantástico y lo recomiendo a gente de mi edad, ya que a los mayores no les gustaría tanto como a mí. Es precioso, os invito a leerlo, ¡os lo recomiendo!


                                                                                               Elena Paredes, 3º B